El tema del Día Internacional de la Mujer de este año es Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19. ¿Qué hacen las cooperativas para favorecer el acceso de las mujeres a los cargos de liderazgo?
Las cooperativas son un modelo que otorga derechos a las personas independientemente de su género, raza, etnia o religión. Desde sus inicios, las cooperativas han permitido el empoderamiento de las mujeres en todo el mundo. Las mujeres obtuvieron el derecho de voto en las cooperativas 100 años antes de que se instaurara en las primeras democracias occidentales.
Las cooperativas actuales deberían aspirar a convertirse en el modelo de negocio más inclusivo. Para lograr este objetivo es necesario innovar e implicarse para modificar las estructuras del sector laboral y de los lugares de trabajo, a fin de dar cabida a las mujeres y a otros colectivos en cualquier etapa de sus vidas. La pandemia de la COVID-19 ha proporcionado a las empresas una visión única sobre cómo pueden modificarse las diferentes prácticas laborales para adaptarse a la vida familiar, para que las mujeres tengan más incentivos y más apoyo para seguir evolucionando en su trayectoria laboral y puedan reforzar sus habilidades y prepararse debidamente para ocupar cargos de liderazgo. Estos retos y oportunidades no son exclusivos de las cooperativas, sino que se aplican a todo tipo de empresas.
¿Qué medidas toma el BCCM para garantizar la equidad de género?
Nuestro equipo es relativamente pequeño. Pero estoy orgullosa de poder decir que hemos alcanzado la paridad de género. Además, las personas empleadas provienen de diferentes contextos y cubren un amplio rango de edad. Nos centramos en la diversidad y la inclusión para reforzar la capacidad creativa e innovadora de nuestra organización. Uno de los enfoques que utilizamos para responsabilizarnos en este aspecto es «la medición del valor mutuo». Es nuestra nueva estrategia para observar el valor que creamos para todas las partes interesadas, incluidos nuestros trabajadores. Tratamos de ofrecer un lugar de trabajo flexible que permita conciliar con la vida familiar para que resulte atractivo para los trabajadores con familias. Somos un organismo importante, debemos dar ejemplo.
¿Qué consejo darías a las cooperativas que empiezan a fomentar la equidad de género en sus equipos?
En general les diría que no es necesario reinventar la rueda. Existen ya muchas ideas sobre cómo crear estructuras y cómo introducir estrategias para fomentar la equidad de género. Ser conscientes de que la inclusión es imprescindible, tanto a nivel comercial como ético, es ya un buen punto de partida. Las organizaciones que abogan por la inclusión y la diversidad de género han demostrado ser más resilientes y funcionan mejor. Nosotros empezamos evaluando la situación de la inclusión de género en el sector, para ver en qué aspectos necesitábamos mejorar y qué ideas podíamos poner en práctica para realizar estas mejoras. En 2017 llevamos a cabo el proyecto Eliza, que fue la primera investigación sobre la equidad de género en el sector en Australia. Este estudio nos mostró que aunque la mano de obra de las cooperativas y las mutuales era predominantemente femenina, apenas había mujeres en los altos cargos, solo el 3 % de las cooperativas y las mutuales estaban lideradas por mujeres y tan solo un 15 % contaban con mujeres en la presidencia. ¡Así que había mucho por hacer! En el informe se presentan algunas recomendaciones para que las organizaciones se fijen unos objetivos y se comprometan a alcanzarlos.
¿A qué retos has tenido que enfrentarte como mujer en el movimiento cooperativo? ¿Cómo lograste superarlos y cómo te apoyaron otras mujeres y cooperativistas?
En cualquier sector empresarial, las mujeres tenemos que hacer frente a distintos retos. Estos retos pueden ser estructurales, como un lugar de trabajo o unas prácticas laborales demasiado rígidas, o desafíos personales, como tener la confianza necesaria para dar un paso adelante y decidirse a adoptar un cargo de liderazgo. Siempre me he inspirado en el ejemplo de las mujeres líderes en el sector, pero también en el de los hombres que han sabido apoyar y defender el cambio y me han animado a reafirmarme y a encontrar mi lugar. Ahora me esfuerzo por hacer lo mismo por otras personas. A medida que alcanzamos posiciones de liderazgo, las mujeres deberíamos preguntarnos: ¿A quién estoy ayudando también mientras avanzo?
El tema del Congreso Cooperativo Mundial es Profundicemos nuestra Identidad Cooperativa. ¿Cómo puede ayudar la lucha por la equidad de género a impulsar el programa del Congreso?
El punto de partida es que las cooperativas se apoyan en los 7 principios cooperativos internacionales, en un sistema de afiliación voluntario y abierto, en un sistema democrático y en una participación económica para crear un ambiente basado en la equidad de género. Al dar protagonismo a las mujeres en nuestras organizaciones, no solo cumplimos nuestros principios, sino que también reforzamos nuestra identidad y creamos organizaciones abiertas, éticas, igualitarias y democráticas. Nuestras empresas cooperativas serán más resilientes y sostenibles si se basan en la diversidad.